Wednesday, March 08, 2006

AVISO DE CIERRE

Queridos lectores, voy a cerrar el blog aquí. Muchas gracias por vuestras contribuciones y vuestras visitas. El próximo lunes lo suprimiré de la red. Ya me he cansado de decir paridas y de publicarlas. La verdad es que la inmediatez con que uno piensa algo, lo escribe, lo captura en un soporte y lo difunde al mundo entero me parece muy peligrosa. Se necesita ralentizarlo, si no se corre el riesgo de decir demasiadas tonterías y echarlas a volar antes de tiempo, cuando uno todavía no sabe si ha dado a luz o ha abortado una idea. En fin, que si queríais copiar algo o bajaros la música que tengo colgada, es el momento. Un abrazo.

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POST DATA

He encontrado en la pagina www.alifarkatoure.com, que os redireccionará a la página de la discográfica "World Circuit" un apartado de Ali Farka en su menú principal. Allí está su discografía, y se pueden escuchar varios temas. En el disco de la portada blanca (el de abajo a la izquierda), tiene un temazo que se llama Kadi Kadi, que yo creo que es mi preferido... me he enterado ahora que el tipo era el alcalde de su pueblo

Tuesday, March 07, 2006

ALI FARKA TOURE HA MUERTO





Nuestro queridísimo Ali Farka ha muerto ayer en Bamako, a una edad desconocida, pues cuando nació no se llevaba eso del registro civil en el pueblo de Niafunké, a las orillas del río Níger. He encontrado una canción suya en la web, podéis pinchar aquí. No es lo mejor que tiene, ni mucho menos... Fue el primer músico africano al que prestamos atención mi hermano y yo. Me acuerdo muy bien de la primera canción suya que oí, me la puso Álvaro Reyero en su casa/oficina cuando salió el disco de Talking Timbuctu con Ry Cooder (1994). Álvaro ponía la canción de Soukura compulsivamente, la escuchaba 7 veces seguidas en una tarde. Era totalmente distinto a todo lo que había escuchado, el tipo tocaba la guitarra de una manera muy rara, pero estaba claro que era súperclase. Poco a poco, acabamos comprando todos los discos suyos que encontramos, y a través de él, nos surgió la curiosidad por la música africana. Se nos abrió todo un nuevo panorama, del que todavía lo desconocemos casi todo, aunque ahora es mi hermano pequeño el que nos da clase, se ha traído decenas de vinilos y CDs rarísimos de la Orquesta Baobab, los grupos funky de Ghana, la rumba zaireña, Fela Kuti... En la cúspide de nuestro entusiasmo idólatra fuimos a un concierto suyo, y Ali lo dio todo. Me tiraría horas hablando de su traje esa noche, creo que es lo más espantoso que he visto jamás. Cuántos buenos recuerdos quedan envueltos en sus canciones.

Aquí va un poema del también muerto reciente, Roberto Valdés, un joven poeta aficionado a la espeleología submarina, que murió ahogado en Belize hace un año. Nunca entenderé bien esta afición por la espeleología submarina. Hay aficiones absurdas, y la espeleología submarina es una de ellas, claramente. El caso es que el tipo publicó un librillo de poemas, muy irregular, hay bastantes cosas infumables, pero de vez en cuando hay cosillas que se dejan leer. Este poema esta dedicado a Ali Farka, al que por lo visto conoció en un viaje que hizo por Malí, Níger y Senegal. Vete tú a saber si es cierto que le conoció, aunque por lo visto no sería difícil, porque Ali se pasaba el día en su pequeño pueblo, entre su tractor y su guitarra.


Analfabeto (para Ali Farka Toure)

Un aguacero de notas. Inundan las arrugas de mi palma, los pliegues de mi ropa, tantos cauces vacíos que esperaban esta lluvia.

Ser arroyos para toda esta música, arroyos secos que sueñan con las líneas de agua que vuelvan a dibujarlos, a confirmarlos sobre el terreno que se erosiona sobre ellos. Un cuerpo que se hace presente en el espacio líquido de la música por las corrientes que lo recorren.

Y cuando se acabe la música ¿dónde estaré? Cuando allá arriba se derrita la mano de nieve que almacena las notas, que ha de quemarse para hacerlas fluir ¿dónde estaré?

Y si no hay silencio ¿me desharé al pasar de la música al ruido?

¿Me tragará el bostezo sin cesura de tantos agujeros negros que se esconden bajo los objetos cotidianos, desaguándome del tiempo de la música y la danza?

-Roberto Valdés (Zaragoza 1979-Belize 2005)

NACIONALISMO Y EXPERIENCIA ESTETICA

Nunca he entendido el nacionalismo, ni el español, ni el vasco, que son los dos que mejor he conocido, ni el de ninguna otra región. Jamás he entendido la necesidad de buscar las claves de la identidad de uno mismo, en una abstracción tan difusa como la idea de nación. No se me pasa por la cabeza buscar mi razón de ser en una definición de valores hecha para la homogeinización de un colectivo, creada para trazar la línea del corral a partir del cual uno ya no es parte de la manada. No siento que deba elegir entre ninguna de las “identidades pret-à-porter” que los nacionalismos ponen a mi alcance. Ni el español, ni el vasco, ni el europeo, ni siquiera esa otra forma de nacionalismo emergente, la del supuesto "ciudadano del mundo". Soy de mi barrio, de mi calle, de la terraza donde me gusta tomar las copas, de la playa donde aprendí a nadar y de las películas y libros que he consumido. Carabanchel, Chamartín, Llodio o Hernani son lugares absolutamente extranjeros para mí, no forman parte de mi vida, ni de mis recuerdos, ni de la historia que me cuento a mí mismo cuando quiero explicarme quién soy en este mundo. No los he vivido y no los asumo como míos, al contrario que un nacionalista, en cuyo pensamiento irracional, todo lo que queda bajo el abrigo de su bandera forma parte de su patria, de su pueblo y de su autodefinición ante los otros, esos otros que les son absolutamente necesarios para entenderse a sí mismos, pues los nacionalistas necesitan saber lo que no son (o más bien, lo que no deben ser) para saber lo que son.
La mirada que el nacionalista proyecta hacia el mundo es siempre empobrecedora. Cuando yo veo un paisaje marino desde el monte Otoio, no pienso qué bello es Euskadi, sino en el esplendor de la naturaleza, en el viaje de las olas por el mundo hasta estrellarse bajo mis pies… Cuando dejo libre a la imaginación ante una dehesa andaluza, y quiero amplificar el placer de la contemplación, añadiéndole un discurso al paisaje para poder sentirme parte de él, jamás invoco al complaciente sentimiento de nacionalidad, que tan fácilmente nos metería a una encina y a mí en el mismo saco de lo "español". Prefiero elegir otra temática para relacionarme con el paisaje, prefiero acudir a otros tópicos para buscar mi patria, a saber, los tópicos de la cultura occidental, desde las pelis de vaqueros hasta Homero. Veo la dehesa y me voy a Poussin, a As You Like it, al reino de Saturno. Me gusta más imaginarme en la Arcadia feliz que en España.
He querido hacer de mi mirada un instrumento libre que sea capaz de incorporar cualquier asociación de ideas, cualquier viaje en el tiempo, cualquier lugar del universo… Qué tristeza ver un paisaje y querer coronarlo con una bandera para hacerlo suyo. Qué destrucción del placer de mirar soñando, qué sabotaje al vuelo de la imaginación cada vez que me paseo por los montes de Lea Artibai y tengo que ver una ikurriña, una pancarta o una pintada para recordarme dónde estoy y qué pueblo se adjudica esa porción de la naturaleza y de la eternidad. Pretenden sustituir la libertad de estos sueños míos, que van y vienen sin objeto alguno, por la imposición de un sueño colectivo, burdo y hecho para la masa.
Soy decididamente antinacionalista, lo digo sin miedo, defiendo la supremacía absoluta del individuo-ciudadano por encima de la masa y de los pueblos, defiendo la libertad absoluta de ser y de inventarse en cada momento, de incorporar cualquier pieza, venga de donde venga, al irresoluble rompecabezas de nuestra identidad, ¿cómo se puede desear lo contrario? ¿Qué miseria personal lleva a esa mendicidad?

Friday, March 03, 2006

COMO ACABAR HABLANDO SOLO Y ENVUELTO EN UNA SABANA


“Todo es movimiento, sin dirección y sin objeto,” repetía de una forma u otra el solitario Montaigne encerrado en la biblioteca circular de su apartado castillo, donde escribió sin continencia, con la firme convicción de que en su interior se escondía una imagen de la humanidad entera; con la esperanza de que el lenguaje que empleaba para cartografiarse estaba compuesto por los mismos engranajes que articulan el universo.
“Así, lector, yo mismo soy la materia de mi libro: no hay razón para que ocupes tu ocio en tema tan frívolo y vano,” escribía Montaigne en la introducción a ese extraño libro donde su imaginación halló un lugar para pasearse erráticamente, para vagar y divagar sin obstáculos.
El viejo del castillo, para no perderse en aquel laberinto de ausencias donde le dejaron las muertes de su hijo y de su mejor amigo, el poeta La Boètie, quiso creer que su libro era el mundo que ya no estaba y el mundo que aún era, y más aún, el mundo que siempre sería. Montaigne quiso ser su libro, quiso ser el texto circular en que se auto-escribía “sin dirección y sin objeto,” y es que aquel libro estaba habitado por un narrador que fue para él, tras la muerte de La Boètie, el único interlocutor que jamás agotaría los caminos de la curiosidad, que no se avergonzaría de inquirir sobre lo frívolo, lo profundo o lo oscuro, en definitiva, el único interlocutor capaz de devolverle, como un espejo liso, la auténtica dimensión de su existencia.
Todo aquello que el interlocutor fuera incapaz de extraer, por efímero o por inexplicable que fuera, dejaba de formar parte de esa reproducción de su alma, de ese autorretrato de sí mismo que fluye como una corriente, desbordándose sobre la memoria de todo lo que conoció –cosas, personas, lugares, escritos– estrellando el caudal del pensamiento ininterrumpido contra todas las preguntas, todas las terribles dudas, toda su fe en los grandes principios.

Somos nuestras vidas. Olvidar u omitir es mutilarse, es derruir o dejar incompleto el testimonio del universo que nos habita. El que calla porque se avergüenza o se asusta de lo que ha visto fuera o en su interior, renuncia para siempre a una parte de su ser. Todo puede decirse, todo puede contarse: todos podemos aspirar a transustanciarnos en lenguaje, a vivir para siempre en las palabras. Todo lo que encoframos bajo el silencio termina engullido por la nada. La nada engorda a costa de todo lo que en nosotros ha existido.

Los Beatles en un momento de clarividencia psicodélica cantaron "there’s nothing you can sing that can’t be sung". El poeta Kavafis despreció a los que elevaban el silencio a un misterio superior a todo lo que pudiera revelar el lenguaje: "Oh, sí, hablaremos, hablaremos – no es nuestro el silencio desde que nos crearon en la imagen de la Palabra" (La Palabra y el Silencio). Y varios cientos de años antes lo dijo el rabino Sem Tob de Carrión en la Castilla medieval (en cursiva la traducción al castellano moderno de alguna palabra arcaica):

el fablar es clareza,
el callar escureza;
el fablar es franqueza*
e 'l callar escasseza,

*generosidad

el fablar ligereza*
e el callar pereza,
e el fablar riqueza
e el callar pobreza,

*prontitud

el callar torpedat
e el fablar saber;
e callar çeguedat,
fablar vista aver.

Cuerpo es el callar
e el fablar su alma;
omre es el fablar
e el callar su cama;

el callar es dormir,
el fablar despertar;
el callar es premir*,
el fablar levantar;

*reprimir

el callar es tardada
e el fablar aína*;
el fablar es espada
e 'l callar su vaína.

*presteza

Juan empezó su evangelio diciendo, como nos repite Kavafis en su poema, que la Palabra es aquella chispa de inteligencia que dio un alma a esa masa tenebrosa que era el universo antes de estar habitado por nuestras conciencias. Epicuro es el primer pensador que no cree que el lenguaje es una invención divina que preceda al hombre, ni el hombre un ser hecho a imagen del lenguaje: el poeta Dante le reservó el papel central en el infierno de los ateos.

Quién pudiera creerse, como Ion, el poeta al que puso voz Platón en un diálogo, que uno no es más que un pedazo de hierro inerte, y que las musas cuando acuden, son el imán que se pega a nosotros para conferirnos un magnetismo que atrae todas las ideas y las historias que flotan a nuestro alrededor. Quién pudiera invocar a las musas con las viejas liturgias del poeta antiguo, reivindicar la fe en la Palabra, asumir la responsabilidad de no alimentar a la nada, proclamar las ganas de ser lenguaje. Quién pudiera creer en que fuimos creados a imagen y semejanza de aquella Palabra que deshizo por siempre el silencio del universo.

En algún carnaval nos disfrazaremos con sábanas púrpuras, que envuelvan el cuerpo como una túnica, llevaremos una copa de vino en alto, y cantaremos una invocación: Oh Musa canta a través de mí, guía tú mis dedos sobre las combinaciones que contiene mi teclado, llévame a través de este silencioso vendaval de horas muertas. Que el tedio no se convierta en una crisálida de efecto invertido, donde entremos como mariposas cansadas y salgamos como larvas. Algo alumbrarás que merezca la pena no ser entregado al mármol.

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SUPLEMENTO AL POST:

(a modo de bibliografía)

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 El era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas fueron hechas por medio de él, y sin él no fue hecho nada de lo que ha sido hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.

–Evangelio según San Juan

Si fuesse el fablar
de plata figurado,
figurarie 'l callar
de oro apurado.


–Sem Tob de Carrión (1290-1369), citando un proverbio de origen semítico

EL SILENCIO Y LA PALABRA

El Silencio es de oro, de plata la palabra*
¿Qué bárbaro ha pronunciado tal blasfemia?
¿Qué asiático designio, ciego y mudo condena
a un silencioso destino? ¿Qué pobre loco,
a toda humanidad extraño, insultando la virtud,
llama quimera al alma y plata a la palabra?
Tú que a la palabra llamas plata y oro al silencio, no tienes fe
en ese futuro que disolverá el silencio, misteriosa palabra.
No te jactes de tu sabiduría, que el progreso no te embobe;
con la ignorancia–dorado silencio–pareces tener bastante.
Eres un enfermo. El insensible Silencio es grave enfermedad;
pero más allá de donde seguro te sientes, la Palabra es vida.
Sombra y noche es el Silencio. Día de luz la Palabra.
La Palabra es verdad, inmortalidad, vida.
Oh sí, hablaremos, hablaremos–no es nuestro el silencio
desde que nos crearon en la imagen de la Palabra.
Oh, sí, hablaremos, hablaremos–desde nuestro interior
el espíritu expresará divinos pensamientos.


*Kavafis se refiera al mismo proverbio de origen semítico que cita Sem Tob. La traducción del griego moderno es de José María Álvarez, para la editorial Hiperión

–Konstantino Kavafis (1863-1933)

Tuesday, February 21, 2006

CICONIA NIGRA




Yo no le critico a nadie
que lo domine un querer
porque a mí me ha dominado
y yo no me he podido valer


(Anónimo)

Hay que hablar sobre el fenómeno de los Birdwatching societies. Es un hábito un poco decadente y no hay nada que pueda parecer más aburrido, pero como recién iniciado en la materia (cinturón blanqui-amarillo, si fuera karate), puedo decir que se convierte a veces en un hábito gratificante, con bastante derroche de energía y largos momentos de paciencia recompensada. Me he pegado varias caminatas de dos horas por el monte para llegar a una charca y sorprender a la pareja de cigüeñas negras que cada año, por estas fechas, vuelan desde Senegal a una miníscula lagunilla de unos escasos treinta metros de largo y diez de ancho. Sólo al tercer día lo conseguí. Pero volví los demás días con la esperanza de volver a verlas, uno otorga al ave que ha seleccionado para espiar, un valor especial, la exalta hasta llegar a creerse que merece la pena convertirla en la meta de una búsqueda bastante inútil, y la distingue como ser único sobre las demás aves concentrándose largamente en aquellos rasgos que las distinguen. La mirada de la gente urbana, hoy en día, tiende a agrupar las especies en grandes colectivos, atendiedo esencialmente al color y al tamaño. Más o menos, todo el mundo agrupa a las aves en estas categorías muy generales: palomas, pajaritos, pájaros, gorriones, pajarracos, cuervos, búhos, gaviotas, patos, gallinas, avestruces, pingüinos, gallos, pavos, buitres, loros, periquitos, cisnes, cigüeñas y águilas. En realidad, concentramos más de 100 aves distintas, al alcance de cualquiera que se detenga un poco a observar en cualquier lugar, en estas grandes categorías que más o menos, intuyo que son comunes a todos, incluso los urbanitas españoles que nunca se fijan en las aves. Esto es una obviedad y se puede decir de casi cualquier cosa: insectos, arácnidos, moluscos... pero a mí personalmente, me parece que las aves son más grandes, más vistosas y más placenteras de observar y escuchar, que los bichos, que pertenecen a una escala menor del mundo, en cuya observación siento mucho menos interés, pues me dan bastante asco y no me agradan nada los sonidos que hacen. Ver pájaros mola, es un mal eslogan, pero es un gran verdad. Ya lo hacían los clásicos, con más interés aún, y se quedaban horas pensando qué quería decir que un azor les hubiera sobrevolado de este a oeste, y unos se aterrorizaban pensando que eso era una señal de que los dioses les habían condenado a morir en la batalla, otros se llenaban de alegría porque habían visto en el picado de un halcón sobre un gorrión, que iban a cruzar el mar con éxito. Hoy en día es un poco más prosaico y menos mágico, pero es una buena excusa para darse un paseo en silencio por el monte. No llevar perros.

Sunday, February 19, 2006

EL HAIKU Y LA COPLA

Antonio Machado padre, es decir, el padre de los famosos poetas Antonio y Manuel, se hacía llamar "Demófilo" y fundó la primera sociedad floklorista de España. Dedicó mucho tiempo a recopilar y glosar las coplillas populares de los gitanos y del flamenco primitivo. Me compré un libro del tal Demófilo hace unos años y aunque conocía muchas coplillas ya, pues se han mantenido en las canciones flamencas, al verlas transcritas y aisladas una a una sobre el papel, disociadas de la música y de las voces de los cantaores, me parecieron un importante cuerpo poético de composiciones mínimas, imágenes fugaces cargadas de fuerza, tanto como algunas traducciones de haikus que he podido leer (una forma poética japonesa, que consiste en tres versos con diecisiete sílabas). Lo cierto es que ambas formas no tienen nada que ver, pues el haiku era una forma de poesía culta apoyada en una fuerte tradición filosófica y literaria, y la copla es un género popular, sin reglas métricas y fundamentalmente oral. Copio aquí algunas coplas y algunos haikus, y os animo a contribuir ¿quién no se sabe una coplilla?
...

En un cuartito los dos,
veneno que tú me dieras,
veneno tomaba yo.

(Anónimo andaluz)
...

Tengo una estera,
donde yo duermo,
mi borrachera.

(Anónimo andaluz)
...

Tu cabello y el mío s'han enreao,
como las sarsamorah
por loh vallaoh

(Anónimo andaluz)
...

Madre difunta.
Cada vez que veo el mar.
Cada vez que veo...

(Isa Kobayashe, 1763-1827)
...

Pausa entre olas,
Mezcladas con las conchas,
hay tréboles.

(Matsuo Basho, 1644-1694)
...

He visto demasiado
la luna. Dos veces
en estos años.

(Ijara Saikaku, 1642-1693)

Friday, February 17, 2006

ANTISPENCERS o la Frivolidad Perseguida

Vale, lo habéis conseguido. Borro el post que aquí estaba y nos olvidamos de las apologías de Spencer que veo que el tipo os ha defraudado a todos por no haber podido elevarso sobre Los Payos y Gloria Fuertes. La verdad es que con la traducción tan sin rima y sin gracia que he hecho tampoco es fácil defender este inocente soneto. La gente no perdona ni el exceso de frivolidad, ni la pretensión de profundidad. Y bueno, el poema es una imagen tópica, quién sabe si Spencer tuvo el dudoso mérito de capturar ese momento adolescente de escribir un nobre en la playa por primera vez. Me entristece que mi blog sea el [insignificante] foro donde Spencer es vilipendiado como el primer poeta cursi del Renacimiento inglés. Aunque quizás haya un mérito en haber fijado uno de los tópicos de la cursilería. Un poema es la criatura más frágil de la literatura, basta un mal chiste o una declamación impostada para convertirlo en una pedorrez. De verdad creo que deberíamos tener derecho a la cursilería más a menudo, entiendo que sea una debilidad imperdonable, pero relaja la mente como ninguna otra cosa. ¿Quién no quiere dejarse seducir por los piropos de una canción de Julio Iglesias de vez en cuándo? ¿Por qué hay que sufrir siempre? ¿Tanto se aprende de añadirle a todo un punto de dolorosa verdad? Y sí, vale, Emily Dickinson está muy bien, pero a veces...

Saturday, February 11, 2006

EDMUND SPENSER EN LA PLAYA

En fin, dejémonos de charlatanería política, que si gastamos todos los cartuchos no tendremos nada de que hablar en los bares este fin de semana. No hay nada más aburrido que estar todos de acuerdo. Si al menos Ali Khamenei y mil salafistas leyeran mi blog, sería divertido hablar del tema de las caricaturas y poder polemizar. Permitámonos el raro lujo de ser pedantes, y volvamos al mundo de aquellos a los que Erato coronó con mirtos y rosas, que es mucho más interesante. Copio un poema de Edmund Spenser, el introductor del soneto en Inglaterra (s. XVI). Es un inglés algo antiguo, así que haré una traducción literal, sin respetar el ritmo o la rima y sin intentar darle un regustillo arcaico, que cuando uno se pone a sustituir "pero" por "mas" y a hablar de desaguisados y lisonjas, suena falso y mal. Si queréis haceros una idea, yo diría que este poeta les debe sonar a los ingleses como a nosotros Garcilaso (del que fue contemporáneo). Se admiten todo tipo de sugerencias para mejorar la traducción.

Me gusta mucho el poema, creo que es el más antiguo que conozco que describa eso que hemos hecho tantos enamorados adolescentes: escribir en la arena de una playa en bajamar el nombre de la persona amada, y ver cómo se los lleva el mar. Me acuerdo de aquel bolero que dice "si las olas del mar te dijeran, las veces que escrito tu nombre en la arena..."

One day I wrote her name upon the strand,
but came the waves and washèd it away:
agayne I wrote it with a second hand,
but came the tyde, and made my paynes his pray.
Vayne man, sayd she, that doest in vaine assay,
a mortall thing so to immortalize,
for I my selve shall lyke to this decay,
and eek my name bee wypèd out lykewize.
Not so, (quod I) let baser things devize
to dy in dust, but you shall live by fame:
my verse your vertues rare shall eternize,
and in the hevens wryte your glorious name.
Where whenas death shall all the world subdew,
our love shall live, and later life renew.

Primer boceto de traducción:

Un día escribí su nombre sobre la playa
pero vinieron las olas y se lo llevaron,
de nuevo lo escribí, con una segunda mano,
pero vino la marea, y de mis cuidados hizo presa.
Hombre vano, dijo ella, que en vano tratas,
cosa mortal de esta manera inmortalizar,
pues yo, así mismo, decaeré,
y también mi nombre será borrado igualmente.
No así (dije yo), dejemos que cosas más impuras se dispongan
a morir en polvo, pero tú vivirás en la fama:
tus virtudes preciosas, hará mi verso eternas,
y en los cielos escribirá tu glorioso nombre.
Cuando la muerte a todo el mundo subyugue
nuestro amor vivirá, y luego hará brotar la vida.