Friday, January 27, 2006

SUPERANDO A WITTGENSTEIN CON EL TRIO MATAMOROS

Palabra, palabra es,
Palabra es es,
Es es.

Palabras, palabra, palabras son,
Palabra es son,
Los muertos van a la Gloria
los vivos a bailar el son.



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EL TRÍO Y EL CICLÓN (de Santiago Matamoros)

En una tarde de inquietud, Quisqueya
viose de pronto de pavor sumida.
Reinaba allí la lluvia, las centellas
Y la mar por doquiera embravecida…

Hora después quiso la aciaga suerte
sólo dejar, desolación, gemidos
el imperio macabro de la muerte
sobre el pueblo entero destruido

… Cada vez que acuerdo del ciclón
se me enferma el corazón…

Espiritistas inciertos
que muchos hay por allá,
porfiaban con terquedad
que los del Trío habían muerto.

Cada vez que me acuerdo del ciclón
se me enferma el corazón…

… Esto fue lo más sabroso
que el Trío en un aeroplano
volviera a suelo cubano
para seguir venturoso.

Cada vez que me acuerdo del ciclón
se me enferma el corazón…

… Aquí termina la historia
de aquel tremendo ciclón.
Los muertos van a la gloria,
los vivos a bailar el son.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

amigo jacobo.

¿me estás diciendo que un clásico del son cubano cierra coun unos versos de Wittgenstein?

como diría Dylan Thomas borracho: ¡alucino pepinillos!

saludos,

txopsuey

5:01 AM

 
Blogger Shams said...

No, más bien, que he cerrado un poema metalingüístico mío, al más puro estilo Wittgenstein, con dos versos del Trío Matamoros. Wittgenstein queda neutralizado totalmente.

8:11 AM

 
Anonymous Anonymous said...

Vaya, me encuentro aquí con txopsuey, qué sorpresa. Aunque lingüística y filosóficamente interesan mucho más las variaciones matemáticas de dos elementos (palabras y son) en orden 9 (o el que sea, no sé cuánto se repite), que podría, por otro lado tratarse de un mensaje en clave criptado que se decodificaría atribuyendo valor 0 y 1 a cada uno de los elementos, y obteniendo así un código binario legible por una computadora... a pesar de eso, voy a comentar el final del poema.
"Los muertos van a la Gloria,
los vivos a bailar el son".
Qué distinta a la nuestra la mentalidad cubana. Seremos muy católicos, pero en el acerbo, nuestro muerto se va sencillamente al hoyo; y nuestro vivo al bollo. Una campaña contra la obesidad infantil podría invertir el refrán, y decir que "tanto fue vivo al bollo, que el bollo le llevó al hoyo". Pero creo que el bollo al que se refiere nuestro dicho no es de repostería industrial, sino únicamente la prosa, la rutina y los trabajos de la vida. O sea, que los cubanos se lo pasan bien muertos y vivos, y nosotros sufrimos de vivos para descansar de muertos. No me extraña que te quieras ir a Brasil (trópico también, al fin y al cabo). Saludos.

9:21 AM

 

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